miércoles, 24 de enero de 2018

viernes, 12 de enero de 2018

Incógnitas del cerebro


¡Menuda tarde la de ayer! Hemos iniciado el nuevo año en nuestra tertulia Athenea con un tema presentado por Aurora Morancho, titulado “Incógnitas del cerebro” ¡Ahí queda eso! Se supone que nuestra tertulia, formada por señoras no muy jóvenes, algunas con canas y otras también, pero teñidas, no va a estar excesivamente interesada en un tema tan científico y profundo como el que nos ha traído Aurora, pero sí.


He dicho en diferentes ocasiones que esta tertulia es peculiar y diferente, más claramente… ¡que no es muy normal! ¿Es normal reunirse una tarde fría de Enero, con las secuelas de la gripe que acabamos de pasar, para escuchar un tema que mezcla la neurología, la fisiología o la ciencia en general con la experiencia de cada cual? Pues sí. Ayer se alargó la reunión mucho más de lo que acostumbramos con preguntas, con debates, con todo tipo de opiniones sobre el tema traído por Aurora.


No pienso repetir todo lo que allí se nos expuso, ya que tendría que escribir sobre las partes del cerebro, sus funciones, los hemisferios, las circunvoluciones, la sinapsis o la mielina. Todo esto escrito aquí parece aburrido y árido, pero ayer resultó muy interesante descubrir que ese tesoro mágico y perfecto que es nuestro cerebro puede convertirse en “El cerebro idiota” tal como nos lo describe el neurocientifico Burnett Dean.




Curioso el tema, interesante la exposición y mucho más el debate posterior, que (cosa rara) fue bastante moderado y eso que todas queríamos hablar, preguntar y opinar. Nos supo a poco todo lo que nos mostró Aurora y sobre todo se puso de manifiesto que la edad no tiene nada que ver con el buen funcionamiento del cerebro y “para muestra, un botón”: nuestra tertuliana ya no va a cumplir ochenta años y bordó el tema. ¡Enhorabuena y gracias!

miércoles, 3 de enero de 2018

A mis amigos

Comienza un nuevo año y antes de que los Reyes Magos os traigan parte de lo que habéis pedido, yo quiero ofreceros este bello poema de Jorge Guillén, que las Redes, entre las que vivo atrapada, han traído hasta mi playa. Espero que os guste tanto como a mí.



A mis amigos.

A mis amigos les adeudo la ternura 
y las palabras de aliento y el abrazo, 
el compartir con todos ellos la factura 
que nos presenta la vida paso a paso. 

A mis amigos les adeudo la paciencia 
de tolerarme mis espinas más agudas 
los arrebatos de humor, la negligencia, 
las vanidades, los temores y las dudas. 

Un barco frágil de papel 
parece a veces la amistad, 
pero jamás puede con él 
la más violenta tempestad, 
porque ese barco de papel 
tiene aferrado a su timón, 
por capitán y timonel, un corazón.

A mis amigos les adeudo los enfados 
que perturbaron sin querer nuestra armonía, 
sabemos todos que no puede ser pecado 
el discutir alguna vez por tonterías. 

A mis amigos legaré cuando me muera 
mi devoción en un acorde de guitarra, 
y entre los versos olvidados de un poema 
mi pobre alma incorregible de cigarra. 

Amigo mío, si esta copla como el viento 
adonde quieras escucharla te reclama, 
serás plural porque lo exige el sentimiento, 
cuando se lleva a los amigos en el alma.