Estoy muy triste, muy enfadada y muy indignada.
El picudo rojo me ha robado el paisaje. El picudo rojo se ha comido mis puestas de sol de toda la vida Este maldito bicho se está cargando a toda velocidad las palmeras de mi entorno, las palmeras que han formado parte de mi historia, la palmera que servia de marca para cuando alguien quería llegar a mi casa. También ha matado las palmeras que fueron "campamento" de los juegos de mis hijos y la que me regaló sus dátiles durante años. La voracidad de este bicharraco es inagotable. Se ha comido las palmeras que supieron de mis primeros besos de adolescencia, las que me dieron sombra en las horas de la siesta en las cercanías del mar y tantas y tantas otras.
El picudo rojo me ha robado el paisaje. El picudo rojo se ha comido mis puestas de sol de toda la vida Este maldito bicho se está cargando a toda velocidad las palmeras de mi entorno, las palmeras que han formado parte de mi historia, la palmera que servia de marca para cuando alguien quería llegar a mi casa. También ha matado las palmeras que fueron "campamento" de los juegos de mis hijos y la que me regaló sus dátiles durante años. La voracidad de este bicharraco es inagotable. Se ha comido las palmeras que supieron de mis primeros besos de adolescencia, las que me dieron sombra en las horas de la siesta en las cercanías del mar y tantas y tantas otras.
¿Cuando acabará esta plaga? A lo largo de este otoño ha avanzado de forma incontrolable y parece que esto va a más. Cada día descubro otra y otra palmera muriendo por culpa de este coleóptero.
Hoy ha muerto "mi palmera". La palmera que veía, nada más salir a la puerta de mi casa y me siento igual que aquél que pierde algo muy apreciado. Tengo el mismo dolor de corazón que el que se siente cuando un amigo se va. No se explicar el sentimiento que me ha provocado el ver como las hojas caían al suelo desde su airosa copa.
Ya sé que una planta, al igual que un animal, no merece el mismo tratamiento que una persona, pero a mí personalmente mi palmera me duele y siento que ese insecto me ha hecho daño haciéndoselo a ella.
Lo más doloroso es que al parecer esto va en progresión creciente y no he leído en ningún sitio que se esté llevando a cabo algún plan para dar fin a esta desgracia paisajista: Paseos, avenidas, parques y jardines que ya nunca volverán a ser lo que fueron. ¿Nos ganará la partida este perverso animal?
No hay derecho!!! Esa palmera ha crecido con nosotros (o nosotros con ella) Era parte de nuestro paisaje personal. Al menos nos quedan las fotos de cuando no levantábamos más de un palmo y ella no alcanzaba ni siquiera dos metros. Tendremos que plantearnos colocar otra en su lugar.
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