Los genios andan sueltos
Los genios andan sueltos. Van de aquí para allá. Yo creía que los genios eras unos viejecitos encorvados que pasaban la vida sentados frente a sus mesas de escritorio u ocultos en sus laboratorios inventando cosas, pero no, los genios andan sueltos y van de aquí para allá. Lo mismo pueden estar en Alemania, en Japón o aquí mismo. Esta tarde he sido afortunadas, he descubierto a uno de los auténticos, no de esos que presumen de serlo y no lo son, no, el de esta tarde ha sido autentico.
Durante horas y horas, sin cansarnos en absoluto, un magnífico comunicador nos ha transmitido su amor por Japón y sus costumbres, sus normas y su carácter. Desde el primer momento y al saber yo que era de Alicante quería ilusionarme con la suposición de que era familia mía y es que daba la imagen de ese primo segundo que todos tenemos que es encantador, que ha viajado mucho, que sabe de todo y además es simpático, pero no, tan solo era una persona genial.
Mi genio se ha presentado como Óscar (sin apellidos) pero en Internet, que siempre me lo cuenta todo, navegando anoche, ya de madrugada, descubrí que su currículum fue el mejor puntuado (100 puntos sobre 100) en la convocatoria del pasado año, en la rama de Tecnologías Informáticas del programa Ramón y Cajal con el que el Ministerio de Economía y Competitividad promociona el talento investigador y él ha elegido Cartagena y la UPCT para investigar sobre inteligencia artificial y bioingeniería para mejorar la calidad de vida de los personas mayores, pero resulta que a él lo que más le gusta es pintar y hablar de Japón.
En fin, ayer por la tarde, este singular personaje nos convenció de que la
próxima escapada que tengamos que hacer, no será a Londres ni a París, sino a
Japón para descubrir, disfrutar y vivir ese país que él, Óscar Martínez Mozos,
conoció y le enamoró: JAPÓN.