domingo, 18 de marzo de 2018


Hoy no escribo yo


                         




Hoy no escribo yo sino mi hijo. Mañana es el día del Padre y tengo que reconocer que este regalo es uno de los más bonitos que un hijo con más de cincuenta años puede hacer a un padre: cariño, admiración, respeto...

HABLAME PAPÁ

Hoy , en la Adoración nocturna de la Iglesia de San Fulgencio, estando frente a Jesús Sacramentado, me ha venido la imagen de mi padre, en el colegio de los Maristas, en una soleada mañana de Domingo, en un ensayo de nuestra agrupación del Santo Sepulcro, sin parar de corregirnos a todos, para arriba, para abajo, gastando bromas, poniéndose serio, “nene…, así se coge el hachote”, en fin, disfrutando de su más preciado tesoro, el Santo Sepulcro, y luego, lo he visto sentado en la calle Mayor, tomando su chocolate con churros, totalmente satisfecho tras el trabajo terminado, rodeado de su familia y amigos, el Viernes Santo.
¿Por qué estas imágenes?....
No sé, pero hace unos días, me comunicaron que la próxima Semana Santa, seré vara del Santo Sepulcro, y es, como si el tiempo haya hecho justicia a mi padre que tanto ha trabajado por esa Agrupación; si, dos hijos suyos saldrán de varas, en “su “, Santo Sepulcro,…, la tradición continua.
Que honor supone eso: Gregorio, Paco Barranco, Joaquín Sánchez, José Sánchez Auyón, Antonio Giménez,  Isaías Camarzana, Tarifa, Pepe Egea, Paco Buyo, Ángel Martínez, José Mª García Vera, David Nieto, Pepe López, y tantos otros hermanos de nuestra Agrupación que desde pequeño he visto pasar, y ahora yo en esa lista,… ¡no me lo creo!
Es una sensación como si el destino haya cerrado el círculo de mi padre y pueda descansar, dejando su tercio en manos de sus hijos… Y es aquí, dónde yo ahora lo necesito,… sus consejos, su guía, su aprobación, su visto bueno; ¡no sé qué piensa!, y me gustaría saberlo, ¡te necesito!, ¡háblame!
Mi padre, aunque sé que es parco en palabras, necesito que me hable, que me pase el mando de esta nave que ha sido guiada por él, desde hace muchos años, incluso, después de dejar ya de salir de nazareno,… ¡háblame!
Siempre, lo he observado, a distancia, entre la agrupación, pero con orgullo de que ese al que todos alaban , con el que todos quieren hablar, al que todos escuchan, al que todos piden consejo,…, sea mi padre, pero ahora me toca a mí dirigir su tesoro y no quiero ni puedo fallarle,…¡dime algo!, ¡háblame!
Yo digo orgulloso, que conmigo volverá el “método Gregorio”, pero ése método es intransferible, único, nunca más existirá, y lo sé, pero quiero ser digno sucesor, a distancia, de él, y no sé cómo lo haré,… ¡háblame!
Él tiene un carisma, dónde se mezcla la autoridad ganada, con la bondad, el cariño y la broma, hacía sus compañeros de Agrupación. Tiene todo su respeto, aún sin salir, ya hace tiempo; como dicen: “si estuviese aquí Gregorio, nos lo explicaría perfectamente…”, pero él ya no desfila,  delegó, y ahora me toca a mí dirigir su tesoro,… ¿sabré hacerlo?,… ¡háblame!
Yo sólo le pido a Dios, que me haga digno de llevar el nombre de mi padre, y que él se sienta orgulloso de mí, y que tras terminar la procesión del Viernes Santo, nos sentemos juntos, y sin decir nada y con sólo un gesto de satisfacción, nos tomemos ese chocolate con churros, junto a los nuestros, tras haber desfilado por nuestras calles, con nuestro Yacente.
Gracias papá por todas tus enseñanzas y ejemplos.
¡Esta procesión va por ti!
Te quiero

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