Me gusta Cádiz: Cádiz ciudad y Cádiz provincia. Me gusta su luz, su gente, su forma de hablar, su estilo de vida, su forma de ser.
Me gusta mirar su cielo, de un azul especial, sus jardines, su puerto, sus playas. Me gusta esa arena blanca que se extiende a lo largo de sus blancas playas y ver las gaviotas buscando y buscando en la bajamar lo mismo en Chipiona que en Caños de Meca. Me gustan sus puestas de sol con tan sólo el mar al frente y si acaso , a lo lejos, un barco que se va perdiendo en el horizonte. Mi tierra, en la que yo vivo, mira hacia levante y tan solo veo las puestas de sol entre los pinares o tras las montañas, pero en Cádiz no. Aquí los atardeceres se alejan hacía el ancho mar y se va vistiendo el cielo y el mar de mil colores: añil y morado, rosa fuerte, malva y rojo y otra vez azul mezclado con blanco y nada es igual que unos segundos antes. La paleta de Aquel que dibuja los atardeceres de esta tierra hermosa se encuentra repleta de tonos diversos y al caer la tarde cada día te muestra un paisaje mucho más hermoso que el del día anterior.
¿Acaso os he dicho que me gusta Cádiz? Me gusta su clima, incluso sus vientos que soplan del sur, soplan de levante, soplan de poniente, que traen humedades, que queman las plantas, que altera los nervios, que es atenuante en determinados delitos de sangre. Me gusta su lluvia, que no forma charcos porque el mismo aire sopla y va secando el suelo al momento. Me gustan sus campos, las suaves colinas pintadas de verde, suaves igual que la forma de ser de esta gente suave que habla y acaricia con esa manera tan dulce de hablar que yo nunca sé si hablan o cantan.
Su gastronomía, sus fiestas, sus niños y niñas con esas miradas de ojos antiguos que han heredado de tiempos atrás. Su historia, leyendas y mitos también me interesa. Artistas en todos los campos, ingenio, fantasía y arte. Lo mismo disfruto dentro de un museo que andando descalza por alguna playa o sencillamente sentada en alguna plaza escuchando las cosas que cuentan al pasar la gente.
Yo vivo muy lejos de Cádiz y no tengo a nadie que aquí me retenga, pero aquí me encuentro en mi propia casa, no me siento extraña, me gusta todo, todo y todo y aunque no soy dueña de nada os invito a venir a verla y espero que os enamore de la misma forma que a mi me conquistó hace ya... tanto tiempo.
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