lunes, 22 de abril de 2019




 La luna llena de Abril trajo la lluvia






Hoy, acabada la Semana Santa, yo querría colgar en esta página las fotografías de todos mis familiares y amigos desfilando por las calles de mi ciudad, querría presentaros las preciosas imágenes que desde Santa María recorren todos los años las calles de Cartagena, pero no las tengo.


Esta Semana Santa no ha sido como siempre, ha sido diferente. Todos hemos seguido los informes meteorológicos temiéndonos lo peor pero sin querer creérnoslo. Las túnicas colgadas en sus perchas esperando el gran momento, las zapatillas con las hebillas bien cosidas y reforzadas para que un traspiés no las desprenda, los caramelos de los pequeños nazarenos ya comprados, imperdibles, alfileres, agujas por si hace el caso de arreglar algún bajo o sostener un cíngulo que se desliza.


La Semana Santa ya ha pasado y los trajes de mis hijos y mis nietos continúan en sus perchas, los bonetes, los mochos y capuces esperando y mi traje negro, el que solo me pongo para acompañar a la Soledad de los Pobres sigue colgado dentro del armario. Bufandas, medallas, pañuelos y guantes han sido sustituidos por paraguas y chubasqueros a lo largo de tres días con sus noches.


Ha sido hermoso y emocionante estar dentro de la iglesia acompañando al Cristo Yacente, al Jesús Nazareno o a mis Vírgenes: los Viacrucis, las Salves, la lluvia de pétalos, la multitud entrando y saliendo con dificultad para contemplar una vez más los tronos o esa capilla repleta de sudarios y varas o esas filas de hachotes esperando una mano que los ponga en las manos de cada penitente.



Tristeza, emoción y desengaño, sentimientos que no queríamos mostrar a nuestros hermanos, no queríamos creer lo que estábamos viviendo día tras día, pero sí, la Semana Santa se acababa y las ilusiones de todos se caían como naipes de un castillo. 


¡Ya ha pasado la Semana Santa de 2019! La luna llena de la primavera ha traído la lluvia, tan necesaria para nuestros campos y se ha llevado los sueños de todo un año de proyectos de muchos cartageneros.
Hasta el año que viene que será lo que Dios quiera.


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