Nos acercamos al tiempo de Adviento, tiempo en el que año tras año nos hemos dedicado, cada cual en su casa, a preparar la Navidad.
Este año es diferente, como diferente ha sido el verano y todas las celebraciones pasadas y es por ello que pensando en cómo prepararme para el tiempo que se avecina y recordando mis tiempos escolares, cuando ensayaba con los pequeños la dramatización navideña y los villancicos, me ha surgido una idea: ¿Los villancicos pertenecen a la literatura? ¿Cuándo y cómo nacieron los villancicos?
Para responder a todo ello he “navegado por Internet” como suelo hacer con frecuencia y me he dedicado a emplear el “recorta y pega” para informarme y para comentaros, si os interesa, este tema.
Nada de lo que aquí escribo es cosecha propia, repito que todo procede de informaciones diversas encontradas en La Red:
Los villancicos aparecen en la época medieval. Hay diferentes versiones sobre la creación de los villancicos, algunos dicen que el primero en componer música de este tipo fue el Marqués de Santillana, pero antes os diré de donde procede el nombre de villancico: Los villancicos reciben su nombre de las canciones de los villanos, la gente del pueblo, es la canción de villa; la que servía para registrar la vida cotidiana de los pueblos. Según algunos historiadores, este canto surgió por el siglo XIII, siendo difundido en España en los siglos XV y XVI, y en Latinoamérica desde el siglo XVII. En sus inicios fue una forma poética española y lo usaban como registro de los principales hechos de una comarca.
Tres morillas m’enamoran
en Jaén,
Axa y Fátima y Marién.
Tres morillas tan garridas
yvan a coger olivas
y hallávanlas cogidas
en Jaén,
Axa y Fátima y Marién
Y hallávanlas cogidas
y tornaban desmaidas
y las colores perdidas
en Jaén,
Axa y Fátima y Marién….
Las primeras fuentes documentales en las que aparece la palabra “villancico” son el Cancionero de Stúñiga en 1458 y Juan de Encina, a finales del siglo XV fue el autor más representativo de este género. En sus composiciones utilizaba el tiempo binario y para aquellas obras que tenían una temática popular el ternario. El villancico en esta época ya consistía en una forma musical y poética que alternaba coplas con estribillo.
A lo largo de la historia, ha sufrido muchas transformaciones, hasta que en el siglo XIX su nombre quedó exclusivamente para denominar a los cantos que aluden a la Navidad. El villancico no sólo se consolidó como género, sino que se convirtió en el arquetipo de la ‘canción de Navidad’. Su temática se concentra en el niño Jesús, la Virgen María, San José, los Reyes Magos, los pastores y la Estrella de Belén.
Vengan todos los Poetas,
y prisa se den, alarguen el paso;
que oy el campo de Belén
será su monte Parnaso.
Ningún ingenio se escusa,
donde es María la Musa
y el llanto de un Inocente
es de Elicona la fuente.
Pues haga lugar, lugar, la gente,
que viene, que llega,
que entra el Amor,
un ciego, que de repente
ninguno dize mejor.
Hagan lugar, que quiere el Amor glosar
al Niño, fragante rosa,
y ha de acabar cada glosa
en un romance vulgar.
Hagan lugar.
(Villancico publicado en la Catedral de Huesca, año 1661)
Los villancicos surgen en el Renacimiento, a través de canciones cantadas de forma popular. Se trata de melodías interpretadas por el pueblo para contar cualquier situación cotidiana: hablaban de historias de amor e incluso formaban parte del Cancionero de Palacio.
Villancico, atribuido a Mateo Flecha el Viejo (1481-1553) compositor español renacentista nacido en territorio de la, entonces, Corona de Aragón.
.Riu, riu, chiu,
La guarda ribera,
Dios guardó del lobo
a nuestra cordera.
El lobo rabioso
La quiso morder,
Mas Dios poderoso
La supo defender,
Quizole hazer que
No pudiesse pecar,
Ni aun original
Esta virgen no tuviera.
Riu, riu, chiu,
La guarda ribera,
Dios guarde del lobo
a nuestra cordera.
Actualmente, tras el declive de la antigua forma del villancico, el término denomina simplemente un género de canción cuya letra hace referencia a la Navidad y que se canta tradicionalmente en esas fechas.
Se dice que el villancico más antiguo es “Iesus Refulsit Omnium”, (Jesús, luz de todas las naciones) data del siglo IV, y su letra se le atribuye a san Hilario de Poitiers. y el más conocido universalmente es “Noche de paz”, “Stille nacht, heilige yach”. Lo escribió el sacerdote austriaco Joseph Mohr, que al estropearse el órgano de su parroquia, en el municipio de Oberndorf, escribió un bello canto para que se pueda interpretar durante la tradicional misa del gallo del 25 de diciembre. La escribió para acompañarse con guitarra.
Noche de Paz se interpretó por primera vez durante la Navidad de 1818. Este famoso villancico está traducido a 330 idiomas.
Noche de paz, noche de amor
Todo duerme derredor
Entre los astros que esparcen su luz
Bella anunciando al niño Jesús
Brilla la estrella de paz
Brilla la estrella de amor.
Noche de paz, noche de luz
Ha nacido Jesús
Pastorcillos que oíd anunciad
No temáis cuando entréis adorar
Que ha nacido el amor
Que ha nacido el amor.
Desde el pesebre del niño Jesús
La tierra entera se llena de luz
Porque ha nacido Jesús
Entre canciones de amor
Actualmente los más populares son:
Campana sobre campana: villancico conocido en todos los países de habla hispana, de origen andaluz y autor desconocido.
Los peces en el río: de origen y autor desconocido, aun cuando en algunos párrafos se alcance a percibir cierta influencia árabe.
Blanca Navidad: escrito por el compositor Irving Berlín en 1940, incluido en el Record Guinness como el tema más vendido en la historia.
Mi burrito sabanero: conocido también como “El Burrito de Belén”, fue compuesto por el músico venezolano Hugo Blanco en 1975.
Marimorena: nació en el siglo XVIII, se cree que es de origen Español, autor desconocido.
El niño del tambor: también conocido como “El tamborilero”, se le atribuye la autoría a la pianista norteamericana Katherine Kennicott, al traducirlo al inglés de un supuesto original checo en 1941.