jueves, 15 de octubre de 2009

Aprendiendo a leer (segunda parte)


Bromas aparte, lo que cuento en el escrito anterior no es del todo un juego o un chiste.


Observamos constantemente que nuestro idioma está muriendo de día en día. Los jóvenes emplean los móviles para enviar mensajes y utilizan unas simplificaciones del texto que llega a resultar complicadísimo interpretar algunos de ellos.
Lo peor es que ese sistema que puede resultar económico y rápido para comunicarse entre ellos, luego lo utilizan en los trabajos de aula, en ¡los exámenes de Lengua!
¿Como se puede redactar un texto utilizando esas reducciones? Esos signos no pueden nunca reemplazar el hermoso vocabulario español. Y digo español, porque es lo que conozco, aunque ya se que esto ocurre en todo el mundo (mal de muchos... epidemia), pero no es que los jóvenes no sepan ya escribir, que les importe muy poco la ortografía, ¡es que tampoco saben hablar! Con sus auriculares a todo volumen, ni oyen lo que se les dice, ni saben expresar una idea con más de tres palabras... y ya me parecen muchas.
Recuerdo con nostálgia mis exámenes orales, las redacciones, los comentarios de texto y tantos y tantos ejercicios que realizábamos en nuestros años de estudiantes.
El tiempo pasado me sigue pareciendo mejor. Aquellos tiempos en los que existia EL TIEMPO:
Tiempo para leer, tiempo para conversar y tiempo para escribir.

P.D. No quiero seguir recordando porque me entran ganas de llorar.

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