Todavía no me he repuesto. Aún sigo cansada pero ¡bendita cansera! Espero que pueda seguir cansándome muchos más años, acompañando a La Soledad de los Pobres por las calles (incluida las calles Caridad y Serreta que eso si que es una penitencia buena)
El Viernes Santo, como siempre, recorrí calles y plazas siguiendo a los mios. Este año me acompañó mi nuera Cristina, ¡bendita sea! Ella que es California y además llevando el cochecito con el último bebé de tan sólo veinte días. Hemos hecho fotos a los monaguillos, a las nazarenas y a los capirotes. Hemos grabado el desfile de los tercios, la música de los violines, el paso del Santo Sepulcro, todo lo hemos recogido, como siempre, como hago cada año y he recogido postales y hemos dado información a los que no comprendian que es lo que estaba pasando frente a ellos. Esa es mi forma de ver esta procesión. No soporto estar sentada en una silla o asomada en un balcón y ver tan sólo una vez pasar los tercios y tronos. Tengo que atajar corriendo por la calle Soledad, por Castellini y luego ir deslizándome por Sagasta, calle Carmen y seguir hasta La Serreta, San Francisco, Campos y corriendo por detrás de todo el mundo llegar a Santa María y ver entrar a la Virgen y La Salve ¿Comprendéis porqué os decía que aún estaba cansada?
Ya he recogido los trajes de nazareno de toda mi gente, les he sacado los bajos y las mangas porque no sé quien se lo va a poner el próximo año.Las medallas, las zapatillas, los alfileres, todo ha vuelto a su lugar a esperar otra Cuaresma ¿y quién hará todo esto cuando pasen los años? ¿quién tomará el relevo?
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